Producción de petróleo y gas en América Central y del Sur

 

 
 
 
En esta primera entrega de una serie de “Global Energy Briefs”, IOGP analiza América Central y del Sur, una de las principales regiones productoras de petróleo y gas del mundo; rica en recursos energéticos, particularmente en petróleo. 
 
A fines de 2016, la región poseía una quinta parte de las reservas probadas de petróleo del mundo.
 
Aunque la exploración y producción comenzaron en Centroamérica y Sudamérica hace cerca de un siglo, este “Global Energy Brief” tiene un enfoque más contemporáneo. El documento muestra los niveles recientes de oferta y demanda, y también brinda una mirada al futuro, todo dentro de un contexto histórico que se remonta a 1965.
 
Nuestras cifras provienen de la edición 2017 de la muy respetada “BP Statistical Review” (www.bp.com/statsreview), que incluye datos hasta 2016. Los aspectos clave para la redacción del documento se basan en información brindada por ARPEL (www.arpel.org), organización regional que representa el 90% de las actividades del upstream y downstream en América Latina y el Caribe. ARPEL y BP son ambos miembros de IOGP.
 
Brasil supera a Venezuela como el mayor productor de petróleo de la región
 
La producción de petróleo en Centroamérica y Sudamérica se encuentra en un nivel alto de más de 7 millones de barriles por día desde hace una década. La última cifra es de 7,5 millones de barriles por día. Actualmente, dos países dominan la producción de petróleo de América Central y del Sur: Venezuela y Brasil.
 
Tradicionalmente, Venezuela había sido el mayor productor de Sudamérica. Sus reservas de petróleo (18% del total mundial) superan a las de Arabia Saudita. Pero la inestabilidad política y económica de los últimos años ha tenido un impacto en la producción. En 2005, la producción diaria de Venezuela fue de 3,3 millones de barriles. En 2016 descendió a 2,4 millones de barriles por día.
 
Mientras la producción de Venezuela ha disminuido, la de Brasil ha crecido significativamente desde 1985. En 2016, la producción diaria de 2,6 millones de barriles de Brasil le dio un 35% de participación regional, lo que lo convirtió, por primera vez, en el mayor productor de América del Sur.
 
Brasil favoreció su desarrollo a través de una estrategia de apoyo con respecto a las licitaciones de exploración, que han despertado el interés de las compañías internacionales de petróleo, combinada con el desarrollo de nuevas tecnologías costa afuera.
 
La demanda de petróleo está en una tendencia ascendente en la región. Una vez más, se evidencia la acelerada prosperidad de Brasil , a pesar de un reciente declive. Hoy día, representa la mayor parte de la demanda en América Central y del Sur. La relativa fragilidad de la economía de Venezuela se puede reflejar en la disminución de su participación en la demanda total. En general, la demanda en la región se cuadruplicó desde 1970.
 
“IOGP Production Indicator© (PI)”
 
El “IOGP Production Indicator© (PI)” para el petróleo se basa en la división entre la producción diaria en miles de barriles (o, para el gas, mil millones de metros cúbicos por año) y la demanda. El “PI” indica el nivel de autosuficiencia de una región (y el potencial de exportación). Un “PI” superior al 100% demuestra la capacidad de exportar; debajo del 100% muestra la necesidad de importar. 
 
La oferta y la demanda convergieron por primera vez en la década de 1980, momento en el que la posición de América Central y del Sur como exportador de petróleo estaba en riesgo. Poco después, las nuevas inversiones en exploración y producción, principalmente en Brasil y Colombia, combinadas con una recuperación en Venezuela, remediaron esa situación.
 
América Central y del Sur volvió a ser un importante exportador, generando importantes ingresos para los países exportadores al mismo tiempo que atendía la creciente demanda energética doméstica.
 
Sin embargo, más recientemente, a medida que la región continuó creciendo más próspera en su conjunto (excepto Venezuela, donde la producción también sufrió debido a la falta de inversión), la producción y la demanda están nuevamente cerca de converger.
 
Queda por ver si se producirá o no un aumento similar en la inversión y la producción. Mientras tanto, el rendimiento en los campos petrolíferos existentes tiende a disminuir en aproximadamente un 6% por año.
 
El futuro del petróleo en América Central y del Sur, por Miguel Moyano Director de Upstream, ARPEL 
 
“Los cambios en las políticas nacionales de la mayoría de los países están creando regímenes tributarios y fiscales más equitativos. Estos pueden atraer importantesinversiones de actores nacionales, regionales y globales en la exploración y producción de petróleo.
 
Las principales áreas de oportunidad incluyen la costa afuera de Brasil y de Guyana; en este último el enorme bloque Stabroek ha producido cinco pozos exitosos. La costa afuera de Surinam, aún en fase exploratoria, también es prometedora. También hay un gran potencial en Venezuela y su realización depende de importantes cambios de parte del gobierno para hacer que el  país vuelva a ser atractivo nuevamente para los inversionistas.
 
Los desafíos incluyen mantener el diálogo y la cooperación con los gobiernos dentro de los estándares de cumplimiento de anticorrupción, costos logísticos, asuntos sindicales y una débil coordinación entre los gobiernos locales y nacionales para el acceso a la tierra”. 
 
Prolifera producción regional de gas
 
La producción de gas natural en América Central y del Sur ha aumentado constantemente desde 1970. Hasta alrededor del año 2000, dos países, Argentina y Venezuela, fueron los mayores productores. Poco después, Trinidad y Tobago también se convirtió en competidor.
 
A los tres principales productores se han unido recientemente otros países, que actualmente producen gas natural para abastecer sus mercados locales. Mientras que Argentina y Venezuela representaron más del 65% de la producción de gas de la región en 2000, esta proporción cayó al 40% en 2016. Bolivia, Brasil, Colombia y Perú se han convertido en importantes productores de gas.
 
La demanda de gas dentro de la región ha aumentado drásticamente en un 79% desde el año 2000. Esto se debe a la creciente disponibilidad de suministros energéticos domésticos y a la inversión en nuevos desarrollos.
 
La demanda regional de gas en América Central y del Sur se multiplicó por 12 desde 1970. Argentina lidera el consumo de gas en la región, con el 29% de la demanda. En tanto, Brasil y Venezuela consumen cada uno el 21% del gas de la región.
 
El futuro del gas en América Central y del Sur, por Pablo Ferragut, Gerente de Proyecto, ARPEL
 
“Hay muchas oportunidades para el desarrollo de gas natural en América Latina y el Caribe, una región rica en recursos. Hay motivos para un mayor optimismo. Los aumentos recientes de la producción en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú son alentadores, así como la recuperación de la producción de gas en Argentina. Allí, la formación de esquistos de Vaca Muerta es una de las más grandes del mundo. Una inversión de US$ 5.000 millones en 2017 debería ayudar a mejorar la infraestructura y por lo tanto bajar los costos de producción. Venezuela tiene el potencial de convertirse en “game-changer”, en particular si el país logra desarrollar la sub-explorada plataforma costa afuera, pero existe una gran incertidumbre.
 
Los principales desafíos son la competitividad del sector en un escenario de abundancia mundial de gas, y el desarrollo de la demanda interna para hacer más atractiva la inversión en upstream. El progreso en la creación de regímenes tributarios y fiscales continúa atrayendo el interés en la mayoría de los países productores de la región.
 
Los desafíos para el desarrollo de gas son similares a los del petróleo: cumplimiento con iniciativas anticorrupción, problemas laborales y falta de diálogo entre gobiernos locales y nacionales sobre el acceso a la tierra”.

Fuente: Arpel